Es un hecho que la compañía de un animal mejora la calidad de todo ser humano, ya sea niño, adulto o anciano. Está demostrado que aumentan la longevidad, preservan el equilibrio físico, mental, reducen el estrés, disminuyen el índice depresión… ¿Y en niños? ¿Hay algún problema? ¿Son compatibles niños y animales en un hogar? Pues bien, si la presencia de un animal ya trae muchas ventajas en general, en niños juega un papel aún más importante por muchos motivos que hoy os vamos a explicar detalladamente.
A grandes rasgos, los animales desarrollan en niños la capacidad de cuidar de alguien, fomentan valores positivos como el respeto, la competencia y seguridad, etc.
¿Qué tareas puede asumir el niño/a?
La edad del niño es un punto clave a la hora de otorgarle al niño o niña más o menos responsabilidades a la hora de cuidar al animal en cuestión. Según el estudio de la Fundación Affinitiy, los primeros conceptos que los niños asocian a los animales son “alimentar”, “jugar” y “cuidar”

A medida que van creciendo, pueden ayudar a diferentes tareas del cuidado del animal. Cuando son más pequeños, pueden encargarse del cuidado diario como cepillarlos, ponerles comida, agua, darle cariño… mientras que los más mayores pueden ayudar a otras tareas que acarrean mayor responsabilidad, como su paseo.
Desarrollo social y emocional: afectividad y empatía
Los niños y niñas que tienen contacto con animales durante sus épocas más tempranas suelen aprender valores como la empatía, la afectividad y la compasión, unos valores muy importantes ya no solo con animales, sino con la relación con otras personas.
El vínculo que se crea entre niños/as y animales de compañía también ejerce como estabilizador de la conducta infantil, contribuye a fomentar la alegría y a disminuir el miedo, ya que suele ser una respuesta bastante común en niños/as recurrir a abrazar a su mascota para encontrar alivio en situaciones de tristeza o miedo.

De hecho, siguiendo el mismo estudio mencionado anteriormente, para el 46% de los niños, se percibe un animal como la principal fuente de apoyo emocional después de los padres. En otros escenarios de más felicidad del niño/a, el 50% de ellos asocian a su mascota como “su compañero de juegos”.
Por otro lado, los animales son muy sensibles hacia los bebés, ya que saben que es un ser más delicado y que necesita protección. Los bebés aprenden a devolver todo lo que reciben, y si reciben cariño, darán cariño. El vínculo que se crea es único, ya que aprenden a cuidarse y protegerse de forma mutua.
Autoestima
El punto anterior está muy vinculado con el siguiente a tratar, la autoestima. El hecho de que los padres hagan partícipes a los más pequeños de responsabilizarse y cuidar a un animal, y ellos verse capaces y competentes, esto provoca que se refuerce el autoestima del niño/a. Los cuidados del animal proporcionan a los niños un nuevo e importante sentido de la responsabilidad. De hecho, se piensa que si hay mascotas en un hogar, los niños/as están viendo desde pequeños/as cómo se cuida y respeta a un animal, haciéndoles aprender valores muy positivos desde una edad muy temprana.
Desarrollo cognitivo, sensorial y del lenguaje
En bebés se desarrolla la estimulación sensorial. Los bebés están interesados en explorar todo lo que les rodea, y los animales suponen una gran fuerte de estímulos. Jugar con un amigo supone una experiencia, y los animales, son una emoción más que puede aportarle sentimientos y experiencias muy positivas al niño/a.

Por otro lado, el cuerpo del animal, al tener un pelaje suave, puede servir de estímulo sensorial para aprender nuevas texturas.
Es muy importante dedicar tiempo a hablar con nuestro bebé, a transmitirle cariño mediante caricias y palabras, sin embargo muchas veces no se le presta la atención suficiente a la comunicación entre animales y bebés. Esta comunicación es muy enriquecedora, ya que el/la bebé tratará de comunicarse emitiendo sonidos y su compañero peludo estará siempre atento y dispuesto a responderle. Hay estudios que afirman que tener una mascota facilita la adquisición del lenguaje y potencia la habilidad del bebé para comunicarse.
Salud
Por increíble que parezca, los animales también contribuyen a que los bebés desarrollen un sistema inmunológico más fuerte, lo que les hace más fuertes para enfrentarse a diferentes enfermedades en un futuro.
Un estudio realizado para la revista “Pediatrics”, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Finlandia, concluyó que los bebés menores de un año que conviven con otros animales son un 30% menos propensos a padecer fiebre, rinitis, tos o infecciones de oído.
Ante todo… SON UNA RESPONSABILIDAD.
Es totalmente IMPRESCIDIBLE que seamos conscientes de la responsabilidad que supone un animal en casa. No basta solamente con que queramos que nuestros pequeños crezcan con la inestimable compañía de un animal, tenemos que ser conscientes de entender lo que supone tener una mascota: tienen derechos, necesidades… y son una responsabilidad de entre 15-20 años.
Si después de meditarlo mucho, aún sigues queriendo hacerte responsable y darle un hogar a un animal que lo necesite, acude a algún refugio, protectora o asociación de tu ciudad y dale una oportunidad. Definitivamente, hará de tu vida una vida mejor.

Fuentes:
https://lamenteesmaravillosa.com/animales-y-bebes-las-ventajas-de-crecer-juntos/